Las personas defensoras de los derechos humanos (PDDH) son agentes de cambio en sus comunidades, trabajan colectivamente para promover, defender y proteger los derechos de todas y todos y las comunidades.
Desempeñan funciones muy diversas y sus actividades incluyen la recopilación y difusión de información, la defensa de causas, la movilización de la opinión pública, el apoyo activo a los recursos materiales necesarios para hacer realidad los derechos humanos, la contribución a la transformación democrática y la mejora de las condiciones sociales, políticas y económicas.
Las personas defensoras de los derechos humanos (PDDH) son agentes de cambio en sus comunidades, trabajan colectivamente para promover, defender y proteger los derechos de todas y todos y las comunidades.
Desempeñan funciones muy diversas y sus actividades incluyen la recopilación y difusión de información, la defensa de causas, la movilización de la opinión pública, el apoyo activo a los recursos materiales necesarios para hacer realidad los derechos humanos, la contribución a la transformación democrática y la mejora de las condiciones sociales, políticas y económicas.
En el año 2023, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) tuvo conocimiento sobre 123 asesinatos de personas defensoras en América Latina. Violencia particularmente dirigida a quienes defienden el medio ambiente y el territorio y personas con liderazgos indígenas y afrodescendientes.
La movilidad humana es un fenómeno multicausal, debido a que las personas se desplazan como resultado de una combinación de factores de expulsión en los países de origen y de atracción en los países de destino. Estos movimientos se enmarcan en un contexto caracterizado o agravado por razones económicas, políticas, sociales y por los efectos del cambio climático y los desastres naturales, lo que tiene un impacto sobre las condiciones de desplazamiento y de vulnerabilidad durante los itinerarios de movilidad humana.
La crisis política en Venezuela ha provocado el desplazamiento de unos 5,6 millones de emigrantes a Colombia, lo que ha puesto a prueba los recursos del país. Al mismo tiempo, la crisis nicaragüense ha obligado a más de 800.000 nicaragüenses a huir de su país, buscando refugio en Costa Rica, México y Panamá.
Las situaciones en Venezuela y Nicaragua han obligado a muchas personas defensoras a huir a países vecinos, donde continúan su trabajo a pesar de las amenazas y los desafíos. Además, en Centroamérica continúan las crisis políticas, sociales y económicas que están provocando flujos migratorios por toda la región, lo que produce un aumento de las violaciones de derechos humanos.